Mensajero Paramount (1927)

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'r?r?H Jnensq/era ffaramaunt Los Últimos Grandes Estrenos Paramount! Impresiones de un espectador imparcial "EL DKSTINO DE LA CARNE" EL triunfo que ha coronado el éxito de esta película es pura y simplemente un triunfo personal de Emil Jannings. En balde trataría de buscar otra causa para el triunfo sensacional de la película. La historia, es buena, de un gran fondo humano, de un realismo irrefutable, pero no es una historia nueva, muchas otras películas pueden enorgullecerse de un argumento tan bueno como el suyo sin que hayan despertado conmoción alguna; la dirección, excelente, más no superior a lo que, por regla general, esperamos de un escenógrafo de alta reputación y fama ; los lugares, la puesta en escena, apropiados a la obra, a una obra que no requiere grandes fondos, ni pide decoraciones fantásticas, ni trajes ricos ni ambiente aristocrático; pero toda la película, arrastrada por la fuerza avasalladora de su principal intérprete, Jannings, resulta una combinación tan irresistible, tan profunda, tan impresionante, de una historia conmovedora ; de una dirección extraordinaria, que tiene la gran cualidad de no hacer alardes presuntuosos de dirección ; de unos lugares y puesta en escena que el espectador no podría concebir de otro modo que en la forma en nue se ^ reciente estreno de la película "La Sirena de Babilonia," o "Luna de Israel," de la Paramount, en el espléndido Teatro Fausto, de la Habana, constituyó un acontecimiento artístico del cual los asiduos con Ofrecen, que el es currentes al simpático salón de cinema habanero guardarán imperecedero recuerdo. La presentación de pectador desde los '" Pe^cu^a íu^ sumamente atractiva y elegante como darán una idea al lector las dos fotografías que aquí reproducimos. primeros momentos, queda pendiente de la trama, magnetizado por la personalidad del intérprete, que tan bien se funde con el espíritu de cuanto lo rodea, al punto que acaba por sentir con él, llorar con él y condolerse del triste fin que alcanza a un hombre nacido honrado, para las dulzuras del hogar, ordenado y religioso. Es la historia eterna de la virtud ahogándose en un vaso de agua, o tropezando fatalmente en un grano de arena. Es la historia de la caída de los virtuosos, que confían para su protección en la tenue coraza de la protección de la Providencia ; de los que por amar demasiado el bien desconocen el mal y lo ignoran como si no existiese; de los (pie no se curan por seguir el consejo de un famoso Santo de la Iglesia cuando decía a sus discípulos : "sed mansos como corderos y astutos como la serpiente." hiv -t^^jB % Kdflü ' |m ^P Jk R í ka ^MllkiuiBIBIBDBBBVI Mí "M > Í*T^U^*J má'A HB, i la Q^SüHBM ¿S?5Ía -^nítíiílar " ■*» /SErnS^H f ILjyiaBL . "FALSOS COLORES" En Falsos colores volvemos a encontrar al delicioso actor de salón Adolphe Menjou. Nadie como él para dar la nota sutil, delicada, fina del hombre de mundo que instintivamente sabe velar sus expresiones con el encanto inexplicable de una sonrisa irónica. Con decir que en esta película Menjou es el Menjou de siempre, no cabe ya extenderse en más consideraciones sobre su labor en e desarrollo de la obra. En cuanto a la historia, la trama, puede afirmarse que es uní de las mejores, más bien urdidas y variadas que se han presentado últimamente en la pantalla en el género dramático-cómico. ReveU la obra del novelista perfecto que no pierde ocasión para hacei resaltar detalles que, en manos de otro escritor o dramaturgo menos acabado, pasarían desapercibidos. Los hechos se desenvuelven en el centro mágico donde el espri, tiene su corte y asiento : París, y sólo se desvían de ahí para con tinuar su desenvolvimiento en otro lugar no menos encantador \ poético, en la cumbre de los montes recubiertos casi todo el tiempe por la nieve, los Alpes de Suiza. Entre los personajes que entran en esta película de caractere: complejos, vemos un rey codeándos con un camarero, na turalmente y sin rii diculeces grotescas aquel papel repre sentado por Law rence Grant, éste po Menjou, nuestro hé roe ; un millonario que es Charles Lañe y el centro de tod¡ la tormenta, la hij; del millonario, un rubia de hermosur fresca y lozana cq mo las flores, que e la simpática artist Kathryn Carver. E fin, un asunto, una dirección y una interpretación, que no desdiceabsolutamente en nada del armonioso conjunto que campea en to das las producciones de la Paramount. 'LA GRACIA DE ALA' Según rezan los carteles, el asunto de esta película está basad en un episodio de las Mil y una noches, adaptado, como es natura a las exigencias de la pantalla y, más que nada, al capricho d( director, que en esta ocasión resulta serlo Eddie Cline, un antigu discípulo de la escuela de Mack Sennett. El protagonista del ph es nada menos que Douglas MacLean, a quien el público aplaudi recientemente en La casa de las siete llaves y en la humorada nái* ticocinematográfica, l"enga agua. Como si MacLean no se bastas él solo para dar realce al reparto, figura en él una joven actriz, Su Carol, por quien el sultán de Mesopotamia está a punto de perde> las barbas a manos del protagonista de la película. El lujo asiáticj:j que se manifiesta en todas las escenas del film está muy en consonar cía con la acción de la trama, la cual, como hemos dicho antes, í desarrolla en los dominios del sultán de Mesopotamia. PACI\ 1 4