Mensajero Paramount (1927)

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Mensa/era tyaramaunt ADOLPH ZUKOR y JESSE L. LASKY Presentan 44 C H A N G Producción de ERNEST B. SCHOEDSACK MERIAN C. COOPER ** REPARTO Kru Un indígena siamés Chantui Su Esposa Nah El hijo Ladah La hija Bimbo Un mono siamés 500 cazadores indígenas, 400 elefantes, tigres, leopardos, serpientes y otros animales feroces. ARGUMENTO LA selva es el enemigo natural del hombre. En ella moran los animales feroces, crecen las plantas venenosas y en sus intrincados laberintos tiene origen ese terror supersticioso a lo desconocido que acobarda el espíritu humano. Durante miles y miles de años el hombre ha luchado contra la selva, construyendo pueblos y ciudades y siendo el señor temporal de vastas regiones por él exploradas. Al fin de esos miles de años, hoy, mañana, dentro de mil años más, la selva se apodera de nuevo de la obra del hombre y pone sobre ella el sello del olvido. Tal es la historia de los siglos. En el corazón mismo de la selva, y sostenida a varios metros de altura por cuatro postes, encuéntrase la morada de Kru, uno de los habitantes de las selvas de Siam. Con él están su esposa, dos niños, un mono domesticado, — gracioso animal que ayuda a ayuda a Kru en las labores del campo. Solo, en medio de la selva y rodeado de animales feroces que le hostigan por todas partes, el valiente Kru logra vencer todas las dificultades y, poco a poco, va ensanchando el claro del bosque donde tiene su morada y sus sembrados. La cosecha de arroz promete abundancia, las cabras tienen crías, los cerdos se multiplican. Kru trabaja y atiende al bienestar de los suyos. La selva es generosa, pero terrible. Una mañana el laborioso colono nota la desaparición de una de sus cabezas. Un leopardo la había arrebatado del corral. Decidido a proteger a sus animales, Kru arma una trampa para cazar al felino. Una vez más el hombre triunfa de la bestia y el leopardo cae en la trampa al volver a la noche siguiente. Kru se siente satisfecho. Esta satisfacción no dura mucho. A las pocas noches un tigre devora al paciente búfalo, dejando al hombre sin una de sus mejores ayudas en la labranza. Comprendiendo el peligro que le amenza-,. Kru va al poblado más cercano y recluta i una veintena de cazadores para que con él! den una batida para¿ los quehaceres de la casa y se burla de todo lo que le parece bien — unos cerdos, algunas cabras y un paciente búfalo acuático o carabao, que limpiar d e animales dañiños las cercanías de s u morada. Numerosos tigres, leopardos y chacales caen en las trampas tendidas por los nativos. Kru respira de nuevo, creyéndose ya libre de peligro. Su alegría es muy pronto interrumpida por la presencia de un enorme tigre que se lanza sobre él y uno de los indígenas que lo acompaña. El ataque es tan rápido, que Kru tiene que trepar a un árbol en busca de salvación, mientras el tigre lo sigue a pocos pasos. Repuesto de la sorpresa, el compañero de Kru mata al tigre, concluyendo de esta manera PAGINA 17