Mensajero Paramount (1927)

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Mensa/era ^aranumnt cesario aprestarse a la defensa. Los indígenas se ríen del aviso y continúan indiferentes, teniendo más tarde que lamentarse de esta actitud, pues el rebaño de elefantes arrasa el poblado pocas noches después, matando los animales domésticos que encuentra a su paso y causando numerosas víctimas entre la cacería iniciada poco antes. Opima y próxima está la cosecha del arroz, con tanto trabajo cultivado. Kru se dirige a su sembrado y con sorpresa descubre las huellas de un enemigo más temible que todos los demás : el Chang, el terrible Chang de la selva ha hecho destrozos en el arroz. Decidido a dar buena cuenta de sus enemigos, Kru tiende trampas y logra dar caza al animal. Este resulta ser un joven elefante i Chang es el nombre que dan los nativos a estos cuadrúpedos), que Kru decide domesticar para que le ayude en sus labores. El indígena no cuenta con el amor de madre que parece regir los impulsos de todo el reino animal. A las pocas noches, la madre del pequeño elefante acércase a la morada de Kru y la destruye, logrando escapar la familia y el mono a través de la noche y de miles de peligros. Ganado que hubieron un río cercano, Kru guía su barca al poblado más próximo y avisa a los moradores que un gran rebaño de elefantes, los terribles cliangs que sembraron el terror en toda la comarca muchos años antes. se dirigía al poblado y era líe los poblado res. K r i reúne a los supervivientes y organizf una batida en regla, construyendo un inmenso corral y haciendo penetrar en él a ufa gran parte del rebaño de elefantes, después de haber matado a muchos y hecho huir otros. Más de trescientos hombres tomar parte en esta cacería de cuatrocientos elefantes, venciendo una vez más la fuerza inteligente del hombre en lucha contra la fuerza bruta de la bestia. Poco a poco los indígenas logran domesticar a los terribles changs y hacer que les ayuden en sus faenas agrícolas. Kru lleva uno a su morada y hace de él un buen compañero, manso, noble y servicial, que ayuda al hombre a reconstruir su casa, sembrar sus campos y criar sus hijos. En este estado es que dejamos a Kru y su familia, una vez más vencedor el hombre de la selva hostil, señor de la naturaleza, rey que extiende su dominio por todo e| haz de la tierra y que tiene que luchar con-¡ tinuamente para que la selva, más antigua) que él, no se apodere de todas sus conquistas' y las reduzca a la nada, cosa que más tarde) o más temprano ocurre. J. de B. PAGINA 18