Teatro Al Dia (April 1937)

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Generalmente esta instalación no representa gasto alguno para el teatro, y con la misma se obtiene un record de las altas y bajas del voltaje, en las horas en que ocurren las mismas, lo que da a la empresa una idea correcta y precisa de las fluctuaciones extremas que es necesario nivelar. Antes de proceder a la compra de aparatos especiales para la protección del equipo sonoro, es prudente a la vez que necesario el tomarse estos records, a fin de hacer una compra inteligente, escogiendo aquellos aparatos que mejor respondan a sus necesidades especiales. Verdadera Importancia de los Carbones UN ASUNTO QUE a menudo se discute es el de la importancia de los carbones en el conjunto de las operaciones de un teatro, y en relación con el cual se lanzan caprichosas opiniones polemísticas y contenciosas. | Lo cierto es que gran número de empresarios, y cosa muy extraña, gran número de proyeccionistas, consideran el uso de carbones como un estorbo, es decir, que tienen que contar con este artículo, aunque su importancia les parece infinitésima. En pocas palabras, no se ha dado hasta ahora a los carbones la importancia que indudablemente merecen, habiéndoselos relegado a un rincón como algo de muy poca monta. Generalmente, los dueños de edificios teatrales se esmeran en embellecer el decorado de sus vestíbulos y en acicalar con vistosos uniformes a sus empleados. Todo esto es ciertamente muy encomendable, pero téngase siempre en la mente que el objeto fundamental de las personas que acuden al teatro es el de ver una buena película, que le sea presentada ante la vista de manera grata y satisfactoria. Puede el propietario de un teatro sentirse orgulloso de poséer un equipo sonoro, proyectores y linternas de la más alta calidad, pero si los carbones no están a la misma altura de estos aparatos, la representación no tendrá la brillantez mi corrección que el espectador exige. Este se fastidia rápidamente de cualquier luz que empiece a revolotear o lanze destellos vacilantes sobre el telón, o que cambie de color y palidezca repentinamente, y lo peor que puede acaecer en una función es que sobrevenga una interrupción. Estos desastrosos accidentes, y muchos otros de menor cuantía, son originados debido al uso de combinaciones erradas que se hacen de carbones, o por carbones de mala calidad. Las compañías más prominentes de catbones de los Estados Unidos, han puesto el mayor empeño en enseñar a los empresarios y operadores de cines, la manera de conseguir los mejores resultados sobre la pantalla mediante el uso de los carbones apropiados, habiendo incorporado también sus esfuerzos en esta campaña educativa, los fabricantes de linternas. Como feliz com pensación a sus labores, pueden estas compañías vanagloriarse ahora de que solamente un pequeño número de teatros en los Estados Unidos usan carbones de clase inferior. Esta situación, sin embargo, cambia de aspecto en la América Latina, estando aún por desarrollarse esta industria, que contribuirá enormemente al mejoramiento de las funciones cinematográficas en HispanoAmérica. Francamente hablando, ciertos exportadores que carecían de escrúpulos, y cuyo objeto principal era la ganancia—en detrimento latente de artículos de proyección que diesen satisfacción—lanzaron durante varios años en los mercados hispanos, equipos inútiles, y a veces, material que había ya sido rechazado en otras partes. Hasta cierto punto, este comportamiento, sometido a acerba crítica, se debió en parte a la falta de experiencia, y en algunos casos, fué sin mala intención. Una de las principales causas de tales equivocaciones fué que muchos mercados latino-americanos se diriglan en solicitud de equipos teatrales a exportadores sin la menor experiencia en el campo cinematográfico, quienes, en su afán de hacer negocio, se echaban a buscar los artículos deseados, y luego de comprarlos al precio más módico posible, los embarcaban a sus clientes, sin darse la pena de averiguar cuáles eran los méritos intrínsecos de la mercancía. Objetos suplementarios, tales como carbones, espejos, condensadores, reóstatos, etc., han tenido gran demanda en los mercados hispanos, objetos que, al ser equivocadamente escogidos, tendrían que causar necesariamente innumerables molestias. Lo cierto del caso es que muchos embarques que se hicieron a la América Latina de esta clase de productos, deberian haber sido mejor arrojados en una quebrada, o incinerados. Esta defectuosa situación ha mejorado aquí, y en un espacio de cortos años, se ha formado un círculo de expertos en la industria cinematográfica, que ha ido ensanchándose hasta formar una poderosa cadena de inteligentes exportadores que especializan únicamente en equipos cinematográficos, conociendo el asunto bajo todas sus fases, y estando, por lo tanto, plenamente capacitados para poder enviar a sus hermanos FEATIOD ALEDI