Teatro Al Dia (April 1937)

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Son las Personas de Oído Defectuoso el Público Desdeñado de los Teatros e Discurso pronunciado por el Sr. Dan D. Halpin, en la convención nacional de los empresarios de cine de los E. U,, el 17 de Marzo de 1937 | VOY A HABLAR de un asunto, de cuya importancia muy pocos exhibidores se dan perfecta cuenta. Parecería muy difícil el imaginarse que el director de un teatro se acercase al diez por ciento de sus espectadores para decirles que no le importa en lo más mínimo si acuden o nó a sus funciones cinematográficas. “Tal proceder pecaria de desatento e irreflexivo al extremo. Sin embargo, han cometido estos señores exactamente la misma indiscreción, cuando en el advenimiento de la película sonora, no prestaron la menor atención al numeroso y retraido grupo de espectadores que eran sus constantes y fieles parroquianos durante el tiempo de la pelicula silente: los tardos de oído. En los días del cinema silencioso, los «duros de oido eran los más asiduos y más reconocidos concurrentes a los teatros. Mas al aparecer la pantalla sonora, se alejaron modestamente, viéndose desposeidos de su más querida diversión. De acuerdo con estadísticas de fuente verídica, existen 15 millones de personas de oído defectuoso en los Estados Unidos. Y de 15 millones de personas, podemos decir que 5 millones se han aislado de los centros de diversiones y lugares de distracción a donde van las gentes que oyen bien. Escuchamos con frecuencia frases como éstas: “No vamos al cine desde que mamá padece del oído.” ¡Deténganse un momento a pensar lo que esto significa para los teatros del Tío Sam! ¡Resuelvan que van a dedicar sus esfuerzos para que por lo menos el diez por ciento de estos 20 millones vuelva a gozar de su cine! Supongamos que este diez por ciento, o sean dos millones de individuos, concurran al cine dos veces al mes, pagando una entrada cuyo promedio sea de 40 centavos cada uno. ¡Esto rinde una ganancia mensual de $1,600,000, o sea la suma poco despreciable de $400,000 por semana! ¿No creen Vds. que vale la pena procurar atraer a este público retraído para que vuelva a ocupar los asientos de su teatro? Citemos como ejemplo el beneficio que obtendría la taquilla al instalar en su teatro los auxiliares del oído. El promedio de sillas provistas de estos equipos, que se venden en teatros pequeños, es de seis asientos, o sea 180 cada mes. Si la entrada cuesta 4() centavos, la suma mensual será de $72.00. Realmente, el costo del equipo estará pagado en cinco meses. 50 Tal fué la experiencia que obtuvo el Sr. Leo Brecher, del Teatro Plaza, en la calle 58 Este, de Nueva York. Otro ejemplo es el del Teatro Savar, de Camden, New Jersey, que cuenta diez personas de oído defectuoso entre sus más asiduos parroquianos, los que usan los sistemas auxiliares instalados en sus sillas. El Sr. Roth, del Teatro Strand, de Summit, un suburbio de New Jersey, nos dice que tan luego como hubo instalado el sistema “Acousticon,” el número de concurrentes creció notablemente. 450 personas más asisten constantemente al Teatro Beverly, de Warner Brothers, en Chicago, desde que se instalaron estos equipos. El Gran Auditorio Musical de Radio City, Nueva York, cuenta con 30,000 personas que usan los auxiliares del oido, las que asisten con regularidad a las funciones, viniendo de diversos lugares, muchos de ellos bastante alejados de la ciudad. Y llueven sobre los dueños de teatros, las cartas congratulatorias y gratificantes, encomiando su acertada idea de instalar aparatos tan necesarios para la comodidad de parte del público amante del cine. Habiendo expuesto las ventajas de esta instalación, pasemos ahora a lo que debe interesar a Vds. mucho también, esto es, la manera de presentar el aparato al cliente y los detalles de la parte mecánica del mismo. Antes que nada, recuérdese que no se debe cobrar extra por este servicio, pues como ya he dicho, su costo se recupera en pocos meses, y tan pronto como empieza a aumentar la concurrencia se obtienen ganancias de importancia. Luego de haberse informa do discretamente, el director del teatro enviará personalmente a cada caballero o señora residente de su vecindario, o de toda la ciudad, una elegante tarjeta en la que habrá escrito el nombre y dirección de dicha persona. En el otro lado de la tarjeta se podrá escribir, por ejemplo: “El Teatro . tendrá sumo gusto de recibir su visita, en la seguridad de que gozará Vd. con la función que presentamos,” debiendo firmarla el director. El principal cometido de esta tarjeta es el evitar al visitante momentos desagradables, al tener que hablarle a gritos cuando acuda a la función. Al llegar dicho espectador, deberá presentar su tarjeta en la taquilla, en donde le entregará el empleado el receptor de oido completo, y tan pronto se siente en la butaca, lo conectará con la caja de conexión colocada debajo del brazo de su silla. Las señoras generalmente prefieren los receptores con mango de lorgnette y los caballeros, con puño o cabo. Al salir el expectador del teatro, entrega el receptor en la taquilla, en donde le devuelven su tarjeta, quedando así el empleado al corriente del número de receptores que se usan, quiénes los usan, y de su devolución. Este equipo tiene un amplificador especial que se conecta directamente con el equipo sonoro del teatro, recibiendo la energía de operación del circuito del altoparlante. Debo hacer notar aquí que el Acousticon es el único auxiliar del oido debidamente autorizado para conectarlo con los sistemas sonoros de la Western Electric y la RCA, sin tener que usar un micrófono al frente del altoparlante. Por supuesto que Vds. quieren saber ahora cuál es el sitio más apropiado para colocar las cajas de conexión. Ahora, bien, considerando que los tardos de oido son gente muy susceptible, se hace forzoso el disimular el completo equipo lo mejor que se pueda. Por esta razón aconsejamos que no se coloquen las cajitas de conexión en toda una fila de asientos, pues ello impresionaría profundamente a los tardos de oído que se verían segregados en un solo lugar, sino que se las ponga espaciadas paralelamente a lo largo de las butacas de luneta. Procúrese que la cajita de conexión quede colocada entre dos butacas, de manera que pueda servir para dos espectadores vecinos. Como estos asientos no pueden reservarse, los espectadores de que aquí tratamos, se acostumbrarán a venir al teatro un poquito antes que los demás para conseguir el sitio deseado, aunque después la frecuencia de sus visitas los haga conocer la silla deseada sin el menor titubeo. Sin embargo, algunos teatros han facilitado esto, pintando un circulo pequeño de color claro en el brazo de la silla en donde se halla la caja de conexión. Permitanme describir ligeramente un nuevo tipo de receptor mejorado que acaba de lanzar al mercado la más importante compañía de auxiliares del oído. El receptor está construído de manera que puede ser del tipo de conducción por hueso o de conducción por aire. Al usarlo como conducción por hueso, deberá colocárselo sobre el hueso mastoide detrás de la oreja, lo que ha probado ser de gran ayuda en ciertos casos de sordera. Al usarlo como conducción por aire, se deberá ponérselo sobre la oreja, igual que el receptor telefónico. Naturalmente que las ventajas de esta combinación son evidentes. Una de las características sobresalientes de este receptor es que el sonido no se “escapa” y molesta a los vecinos, como a veces sucede con el tipo de conducción por aire solamente. TEATRO AL DB